Esta semana hemos comenzado las prácticas en el IES Cap de l'Aljub, de Santa Pola.
Se trata de un centro en que se imparte ESO, Bachillerato y ciclos de formación profesional. No hay alumnado especialmente conflictivo.
El martes tuvimos la jornada de presentación en el centro, con el coordinador Daniel Perea. Durante la misma, se nos hizo entrega del horario de nuestro tutor y visitamos las instalaciones del instituto. Ese mismo día también conocí a Óscar Forner, mi tutor en el instituto y profesor de Matemáticas de dos grupos de primero de ESO, uno de primero de Bachillerato, otro de segundo de Bachillerato y uno de FP Básica Cocina y Restauración.
La actividad semanal ha consistido en asistir a todas las clases junto con el tutor, con el fin de observar la dinámica de las clases y tomar contacto con los alumnos y con los contenidos que están cursando en este momento del curso. Hemos optado por que mi actitud sea de observación en esta primera fase de las prácticas, con el fin de ver cómo se imparte la asignatura y de conseguir, más adelante, que mis explicaciones y aportaciones sean coherentes con lo que está explicando y cómo lo está explicando Óscar, ya que en Matemáticas hay multitud de formas de abordar los mismos problemas y es deseable no confundir a los alumnos con métodos de resolución diferentes en un primer momento.
La totalidad de las clases son en valenciano como lengua vehicular y en un ambiente distendido y participativo hacia los alumnos. Se observa que los grupos de línea PIP (incorporación progresiva del valenciano) tienen más dificultades a la hora de expresarse en valenciano frente a los de línea PEV (plan de enseñanza en valenciano) aunque no parece que suponga problema a la hora de comprender los conceptos que deben ir adquiriendo.
Me ha llamado la atención la gran diferencia que hay entre la actitud y comportamiento de los tres grupos de alumnos a los que se les da clase: 1ºESO, Bachillerato y FP Básica. Los primeros, debido a su mayor juventud, son mucho más revoltosos y les cuesta prestar atención, generando un ambiente ruidoso y muestran escasa disciplina a la hora incluso de estar sentados en su mesa. Los segundos muestran una actitud que podríamos calificar de polarizada: hay un grupo importante de alumnos que muestran interés, colaboran, preguntan en clase e incluso de ayudan unos a otros; otro pequeño grupo, en cambio, muestra un apatía total dando la sensación de que están en clase por obligación y no tienen el menor interés por lo que está pasando allí. Por último, el grupo de FP Básica es el más complicado de todos ya que se trata de alumnado que tiene, en muchos casos, problemas de regulación del comportamiento y que han llegado a la FP Básica tras fracasar en el sistema general de ESO. Quizá este último grupo sea el más difícil de valorar a nivel global ya que cada uno de los alumnos parece mostrar comportamientos y peculiaridades muy particulares y que poco tienen que ver con el de sus compañeros (hablar gritando, estado de ausencia, absentismo, desinterés absoluto por lo que pasa a su alrededor...).
Y para esto ha dado la primera semana de prácticas. Esperemos que la próxima sea tan gratificante como esta.
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